Útero fibromatoso y embarazo

Cómo lidiar con el problema del útero fibromatoso en el embarazo.

Útero fibromatoso y embarazo

Cómo lidiar con el problema del útero fibromatoso durante el embarazo.

Es un problema que puede afectar a mujeres en edad fértil y también ocurrir durante el embarazo. ¿De qué se trata? Del útero fibroso, que es el útero caracterizado por la presencia de fibromas , también llamados miomas .

¿Qué es el útero fibromatoso?

Son tumores benignos bastante comunes de la capa media de las paredes del útero, que es la capa muscular que provoca las contracciones durante el parto. Pueden consistir en un solo nódulo o varios nódulos agrupados en forma de racimo.

Tienen un diámetro variable e incluso alcanzan los 20 cm. Existe la posibilidad de que crezcan hacia la pared uterina o sobresalgan dentro de la cavidad uterina.

Se clasifican en tres tipos: subserosos (crecen en la pared externa del útero), intramurales (en el grosor de la estructura muscular) y submucosis (en la cavidad uterina).

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante ecografía abdominal o transvaginal, que permite identificar incluso las de pocos milímetros.

Aproximadamente el 30% de las mujeres lo padecen, a menudo de forma asintomática. Las causas de los fibromas aún no se conocen: se hipotetizan mutaciones genéticas, causas hormonales o factores químicos.

Los fibromas pueden causar mucho dolor durante la menstruación (dismenorrea), pero también sangrado anormal entre menstruaciones (metrorragia), con riesgo de anemia.

A menudo, la presencia de fibromas se asocia con una disminución de la fertilidad y una serie de dificultades durante el embarazo, con el riesgo de partos prematuros y abortos espontáneos.

Así que tratemos de entender cómo comportarnos en caso de un útero fibromatoso durante el embarazo.

Que hacer durante el embarazo

Las dificultades que pueden presentarse durante el embarazo, por la presencia de fibromas, están ligadas a la baja elasticidad que puede tener el útero, dificultando así la fuga del feto.

Esta dificultad se supera administrando fármacos a base de estrógenos y progestágenos , para devolver la elasticidad al útero, o dando a luz por cesárea.

Generalmente, antes del parto a la gestante, se recomienda el reposo en cama y la ingesta de fármacos miolíticos uterinos, que son capaces de reducir la contractilidad del útero y favorecer la evolución de la gestación.

En la mayoría de los casos, los fibromas no interfieren con el embarazo y no requieren tratamiento.

La mayoría de los fibromas permanecen de tamaño constante, mientras que otros pueden crecer un poco más o menos durante el primer trimestre de gestación.

No se recomienda en absoluto quitárselos durante el embarazo y en el caso de una cesárea, ya que puede correr el riesgo de sangrado grave.