Miedo a la oscuridad como adultos: que es, las causas y como superarlo

No es solo un problema para los más pequeños: el miedo a la oscuridad también afecta a los mayores, entendamos por qué

Miedo a la oscuridad como adultos: que es, las causas y como superarlo

No es solo un problema de los más pequeños: el miedo a la oscuridad también afecta a los mayores, entendamos por qué.

Generalmente pensamos que la oscuridad representa un miedo solo para los niños, cuando por ejemplo tienen que empezar a dormir solos en su propia habitación y salir de la habitación de sus padres, o cuando un pequeño ruido les convence de una presencia extranjera en la casa.

Este no es el caso, porque incluso los adultos pueden asustarse por la noche en ausencia de luz, y esto ciertamente no debe subestimarse, debe parecer ridículo. Aunque son conscientes de la irracionalidad de esto, muchos adultos padecen este miedo, también conocido como acluofobia.

Porque la oscuridad puede asustarnos

Estar en la oscuridad puede conducir fácilmente a sentimientos negativos ya que en esta condición podemos sentirnos en peligro y sin control sobre lo que sucede .

El miedo a la oscuridad puede estar vinculado principalmente a estas sensaciones, pero las causas desencadenantes pueden ser múltiples y aparecer en momentos especialmente difíciles: estrés, ansiedad, miedos a situaciones que no podemos controlar .

Recordemos que el miedo a la oscuridad es también básicamente el miedo a algo desconocido, y por ello no debemos subestimar ni siquiera las preocupaciones sobre grandes cambios que se están produciendo o inminentes .

En otros casos más, la fobia puede ser generada por situaciones traumáticas vividas tanto en el presente (como una agresión, la pérdida de un familiar, otros tipos de separación) o incluso en el pasado: no subestimemos el peso de las cosas que sucedieron en el tiempo - incluso en la infancia, si no se han resuelto.

Tratando de superar el miedo

Evidentemente, la noche es el momento más crítico para los que le tienen miedo a la oscuridad: inevitablemente te lleva la ansiedad, y la hora de irse a la cama siempre se aplaza , disminuyendo así las horas de sueño, lo que puede tener bastante consecuencias. severo: con el tiempo, nuestro cuerpo comienza a experimentar los efectos de dormir poco o mal.

En un intento por restablecer el ciclo normal del sueño, y tratar de hacer desaparecer este miedo, podemos dedicarnos a algunos rituales de relajación vespertinos : después de la cena, por ejemplo, puedes decidir dedicarte solo a actividades que consideremos placenteras, como leer o escuchando música.

Otra buena práctica sería evitar ver películas, series o programas de televisión especialmente violentos : en definitiva, el consejo es despejar la mente de imágenes y pensamientos negativos con pequeñas acciones que, poco a poco, llevan a sentirse bien durante las horas de la tarde.

El miedo a la oscuridad se puede superar con bastante facilidad, pero no debemos avergonzarnos de él, ni dejar de pedir ayuda si la necesitamos: compararnos con los demás es siempre la mejor manera de lidiar con un problema.