Placenta anterior: todo lo que necesita saber

Las ubicaciones de la placenta pueden ser diferentes, anterior o previa. En el artículo una breve descripción y qué precauciones adoptar durante el embarazo.

Placenta anterior: todo lo que necesita saber

Las ubicaciones de la placenta pueden ser diferentes, anterior o previa. En el artículo una breve descripción y qué precauciones tomar durante el embarazo.

La placenta crea un vínculo físico entre la madre y el bebé, permite el intercambio de nutrientes y oxígeno, supervisa la producción de las hormonas necesarias para la correcta continuación del embarazo desde la semana 12 hasta el parto. La implantación de la placenta puede tomar diferentes posiciones, la placenta anterior es una de ellas. Aquí exploramos brevemente las diversas inserciones placentarias y hacemos un balance de la placenta previa o baja , la única a la que se debe prestar más atención.

Posiciones de la placenta

Como se anticipó, el implante puede tener diferentes ubicaciones y no se excluye que las posiciones iniciales estén sujetas a cambios durante el embarazo.
La placenta puede implantarse en la parte inferior, es decir, en la parte superior del útero, también podría ocupar la pared uterina posterior, en la parte más cercana a la columna vertebral, asumir una placenta lateral (lado derecho o izquierdo) o intermedia (lateral anterior derecha o postero). lado izquierdo).

Hablamos de placenta anterior cuando esta se localiza en la parte más cercana a la pared abdominal materna , se llama placenta previa o baja cuando cubre parcial o completamente el cuello uterino .

La placenta anterior (en la pared anterior del útero) no es peligrosa para la mujer embarazada. La única inserción de mayor riesgo es la placenta baja o previa debido a la obstrucción parcial o total del cuello uterino. Si la posición de la placenta se mantiene baja hasta la semana 30 y más, no se excluye la hipótesis de una cesárea.

Una aclaración es imprescindible: la inserción placentaria baja es bastante común y puede afectar hasta al 30 por ciento de las mujeres. En la mayoría de los casos, sucede que la placenta cambia de posición y asume una posición más correcta durante el tercer trimestre. Por esta razón, solo después de la semana 28 a 30 realmente podemos hablar de placenta previa o baja .
No será necesario realizar controles continuos a menos que se observe un retraso del crecimiento intrauterino. La placenta previa, en algunos casos, funciona peor y, para ello, las ecografías tendrán una cadencia más corta.

Diagnóstico y precauciones

Según las directrices del Royal College of Obstetricians and Gynecologists , durante la ecografía morfológica (a las 20 semanas) es posible identificar, además del resto, la posición de la placenta ya sea anterior o baja. Con la morfología, a la vigésima semana, se pueden ver los parámetros del feto y la posición de la placenta.
Importante: en el caso de la placenta anterior, el examen de amniocentesis puede ser un poco más arriesgado.El examen no es obligatorio y consiste en la extracción de unos 15 ml de líquido para diagnosticar cualquier anomalía cromosómica, infecciones fetales y patologías genéticas del feto, se realiza entre la decimoquinta y decimoctava semana. La razón de este riesgo está relacionada con la circulación de glóbulos rojos fetales en la sangre materna.
Hablamos de ello en el artículo "Prueba de Coombs en el embarazo" prestando atención a las madres con factor Rh negativo que han concebido un hijo con pareja Rh positiva ya la necesidad de evitar el intercambio de sangre entre madre y feto.

En el caso de que la morfología haya destacado la presencia de una placenta baja o previa, será necesario observar alguna pequeña pero importante indicación:

  • relaciones sexuales, es mejor evitarlas ya que pueden estimular las contracciones del cuello uterino;
  • inspección interna durante el examen ginecológico, para evitar la estimulación uterina;
  • descanso;
  • viajes cortos en coche;
  • de vacaciones, asegúrese de estar cerca de instalaciones de salud capaces de manejar cualquier imprevisto.

Cesárea o parto natural

La posición de la placenta puede ser decisiva para el parto. En el caso de una placenta baja, la hipótesis del nacimiento natural no se excluye del todo. Si durante la ecografía de la semana 35 a 36 se encuentra que la placenta está a una distancia superior a 2,5-3,0 cm del cuello uterino, es posible intentar el parto por medios naturales. Si, por el contrario, la placenta se encuentra a una distancia menor, la cesárea será imprescindible y se programará alrededor de las 37 semanas, antes de que comiencen espontáneamente las contracciones del trabajo de parto.