Tónico de romero: la receta
Un verdadero elixir de belleza de bricolaje para una piel sedosa, radiante y purificada.
El tónico es un producto muy importante en la rutina de belleza de una mujer, pero a menudo se utiliza poco, ya que se subestima su potencial. El tónico facial viene con una fórmula ligera similar al agua y, a diferencia de la leche limpiadora, penetra profundamente en la piel para limpiarla de manera efectiva, eliminando por completo los residuos de maquillaje, el sebo y las células muertas. La función principal del tónico es mantener inalterado el grado de acidez de nuestra piel, para que esté siempre hidratada y no presente imperfecciones como puntos negros, acné, rojeces y sequedad.
En este caso, un excelente aliado en el cuidado y la belleza de una mujer puede ser el tónico de romero: un producto natural que se puede elaborar fácilmente en casa con unos pocos ingredientes.
El romero es una planta aromática utilizada predominantemente en la cocina pero también tiene múltiples aplicaciones en la industria cosmética. En particular, la planta de romero tiene propiedades depurativas, tonificantes, estimulantes de la piel y favorece la formación de nuevas capas celulares de la piel, especialmente en presencia de cicatrices, por lo que también es excelente para tratar los efectos del acné. Una vieja leyenda húngara habla de una reina que ya anciana comenzó a usar agua destilada con romero, pronto se la llamó agua de la Reina de Hungría y rápidamente recuperó la salud y la juventud.
Aquí está la receta para hacer un tónico de romero casero: una solución simple e ideal para pieles mixtas, impuras y con cicatrices.
Tónico de romero (receta clásica)
Ingredientes
- Un manojo de romero
- agua
Toma un manojo de romero y hiérvelo durante unos 5 minutos con una taza grande de agua. Una vez que el líquido se ha enfriado, puedes filtrarlo y poner la tónica obtenida en una botella de vidrio en la que guardarla en la nevera durante un mes.
Tónico de romero y lavanda (una variante)
Ingredientes
- agua destilada
- 1 cucharada de vinagre de manzana
- 1 cucharada de flores de lavanda secas
- 1 cucharada de romero seco
- 3 gotas de aceite esencial de lavanda
Lleve el agua a ebullición y agregue las flores de lavanda y el romero dejándolas en infusión durante al menos diez minutos. Una vez terminada la infusión, déjala enfriar y luego agrega el aceite esencial y el vinagre de manzana. Una vez finalizado este proceso, pasamos todo a un frasco pequeño o de vidrio y guardamos todo en el frigorífico no más de una semana.