Ferritina alta y baja: ¿cuáles son las causas?

Niveles de ferritina alterados: las causas y cómo tratarlas

Ferritina alta y baja: ¿cuáles son las causas?

Niveles de ferritina alterados: las causas y cómo tratarlas.

La ferritina es una proteína globular, una molécula formada por una especie de capa proteica dentro de la cual se almacenan átomos de hierro . Una sola molécula de ferritina puede contener hasta 4500 átomos de hierro.

De hecho, se considera la molécula de almacenamiento de hierro en el cuerpo. Por este motivo está presente en todos los tejidos, especialmente en las células del hígado, bazo y médula ósea .

El hierro es un metal que entra dentro del grupo de micronutrientes imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Desempeña un papel clave en el transporte de oxígeno en la sangre, la multiplicación celular y para el mantenimiento estructural de órganos y tejidos.

Se absorbe en el intestino y se transporta a los diversos órganos y la médula ósea a través de otra proteína llamada transferrina, que la transfiere a la ferritina.

Los valores óptimos de ferritina son: 24-336 mcg / l para hombres y 11-307 mcg / l para mujeres. La concentración de ferritina a nivel hematoquímico es proporcional a su cantidad en los diferentes tejidos del organismo: es por tanto un indicador de la presencia o ausencia de patologías ligadas al metabolismo del hierro.

Puede haber situaciones de exceso (ferritina alta) y deficiencia (ferritina baja). Pero, ¿qué sucede cuando tienes un nivel de ferritina alterado?

Alteración de valores

La alteración de los niveles óptimos de ferritina se puede diagnosticar con los análisis de sangre, prescritos por el médico de cabecera, junto con otros indicadores del metabolismo del hierro.

En el caso de valores inferiores a lo normal, nos encontramos ante una situación de ferropenia, con un posible curso de anemia por parte del paciente, en tiempos más o menos prolongados. Por lo tanto, se deben investigar las causas exactas del trastorno antes de la aparición de la anemia.

Los valores bajos se encuentran con frecuencia en casos de enfermedad inflamatoria intestinal, desnutrición, embarazo, menstruación, hemodiálisis y policitemia (aumento de glóbulos rojos).

Los valores más altos de ferritina indican una acumulación excesiva en el cuerpo, causada por numerosas enfermedades, como hemocromatosis (el hierro se absorbe en exceso), talasemia (anemia mediterránea), leucemia u otras formas de cáncer. Otras causas pueden ser artritis reumatoide, cirrosis y hepatitis, enfermedad renal, infarto, hipertiroidismo, infecciones y estados inflamatorios.

Alto contenido de ferritina

La hiperferritinemia no se caracteriza por síntomas particulares, pero siempre requiere mucha atención por parte del médico tratante, para comprender la causa más relacionada con el problema. Por ejemplo, si está ligado a un estado inflamatorio, actuará de manera diferente con respecto a una causa de naturaleza hepática (transaminasas alteradas con consecuente sufrimiento hepático); metabólico (alteración concomitante de los valores de glucosa, colesterol y triglicéridos en sangre); genética (mutaciones en el gen HFE); inflamatorio (agudo o crónico).

Habitualmente en los casos de hiperferritinemia se tratan con muestras de sangre periódicas (flebotomía), con una dieta baja en hierro y con la ingesta de sustancias quelantes, que facilitan la eliminación del hierro por vía urinaria.

Ferritina baja

La hipoferritinemia generalmente se manifiesta por una sensación generalizada de fatiga, incluso después de esfuerzos modestos, falta de fuerza muscular, palpitaciones, sensibilidad al frío, tez pálida, disminución de la libido, irritabilidad y falta de concentración.

También en este caso es bueno aclarar la causa: alimentos (aumento de la ingesta de alimentos ricos en hierro), malabsortivos (actúan con probióticos y ácido butírico que protegen las paredes intestinales), hemorrágicos (menstruación abundante y tumores), reflujo gastroesofágico y / o hipoclorhidria (escasa producción de ácido clorhídrico en el estómago).

En estos casos es bueno tomar alimentos ricos en hierro, asociar zumo de limón y / o naranja con el consumo de verduras, tratar el bienestar gastrointestinal con probióticos y simbióticos o enzimas digestivas.