Cuantas veces volveremos a cambiar de rumbo

Cuántas decisiones se toman durante el año, cuántas promesas repetimos para cumplir y no

Cuantas veces volveremos a cambiar de rumbo

Cuántas decisiones se toman durante el año, cuántas promesas repetimos para cumplir y no.

A todos les gustaría tener una bola de cristal, ver cómo seremos, cómo habrán cambiado nuestros rostros, nuestros cuerpos, nuestros “sentimientos”.

Para ver si el mundo que nos rodea habrá cambiado, si las personas que hoy componen nuestro universo todavía estarán allí o no. A contar todas las veces que, en menos de año y medio, habremos vuelto a cambiar de rumbo, habremos desandado nuestros pasos, habremos apartado y habremos comenzado de nuevo.

Cuanto más tiempo pasa, más nos encontramos con la necesidad de llenar el poco espacio que tenemos, el poco tiempo que tengo. Casi se desata una especie de entusiasmo bulímico que te hace perder el rumbo y correr el riesgo de tomar decisiones irreflexivas . Sin embargo, se nos dice que la edad aporta sabiduría, útil para compensar la ralentización natural de los reflejos, y la constancia, fundamental en el proceso de consolidación de los pilares de la vida.

A todos nos gustaría que el año actual tuviera una tendencia lineal y casi perfecta, pero seamos sinceros, se caracterizará por una alta dosis de retrocesos, caos y cambios de rumbo, que esperamos al menos manejable. Con esto no pretendemos vivir por el día, Dios no lo quiera. El hábito de fijarnos metas, ya sean laborales o de vida, seguirá guiando nuestras macro elecciones, pero con una expectativa de resultados más flexible.