Contra el fraude pesquero llega el proyecto Fish Track

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En los últimos años, el sector de productos del mar ha experimentado un aumento significativo en la demanda y, en consecuencia, ha aumentado el número de consumidores en los mercados de todo el mundo. Sin duda, esta es una buena noticia, pero también implica un mayor enfoque en el fraude en detrimento de los propios consumidores y minoristas.

Porque lamentablemente, dada la creciente demanda de especies valiosas, y su alto precio, la gente intenta vender por unas variedades de pescado otras, menos deliciosas y menos especiales pero mucho más baratas, a veces inseguras desde el punto de vista alimentario. Esta práctica es económicamente perjudicial pero se vuelve incluso peligrosa en caso de alergias específicas.

Vender las especies menos valiosas es posible porque cuando el pescado ya está limpio y fileteado , es realmente difícil saber cuál es su raza y reconocer el fraude. Si la forma y el color reales de las escamas no son visibles, no es posible distinguir un tipo de pez de otro.

De ahí el nacimiento del proyecto Fish track, con el fin de caracterizar la especie a la que pertenece mediante la metodología de códigos de barras de ADN de muestras de peces extraídas del mercado de distribución regional. Especialmente para las especies que más comúnmente son víctimas de estos engaños, el pangasius del Mekong o la brotula en lugar del mero , el fletán atlántico vendido como lenguado , el tiburón aparejado como pez espada , el cazón capturado como pez azul y diferentes tipos. de pescado africano vendido como perca .

En la práctica, la Universidad de Siena, líder de este proyecto, quiere iniciar una catalogación a priori de cada tipo de pescado del mercado, almacenando dichos datos en su código de barras, como ocurre con los productos comerciales habituales, para desenmascarar la filete que se hace pasar por lo que no es, gracias a una simple verificación de muestra del código de barras en el paquete.

Además, también pretende desenmascarar aquellos productos pesqueros que hayan sido sometidos a diversos tratamientos antes de llegar a las tiendas minoristas.

En el caso de las especies más valiosas, como la lubina y la dorada, se insertan marcadores genéticos específicos para cada especie , con el fin de comprobar la veracidad de la declaración del método de captura de la especie en cuestión .

Sin embargo, la realización del proyecto por sí sola no es suficiente. Los resultados deben publicitarse en la mayor medida posible, con el fin de sensibilizar a las empresas que operan en el sector, pero también a los legisladores. Y esperamos que hagan este seguimiento obligatorio para proteger la salud y la cartera de los consumidores.

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