El amor de la tía, amando a los nietos como a sus propios hijos

El amor ilimitado no es solo el que se siente por los niños: amar a un sobrino llena de alegría el corazón de toda mujer

El amor de la tía, amando a los nietos como a sus propios hijos

El amor ilimitado no es solo el que se siente por los niños: amar a un nieto llena de alegría el corazón de toda mujer.

Los hijos de nuestros hermanos o hermanas llenan nuestros días y nuestros corazones ; verlos nacer y crecer es una emoción que no tiene comparación y la de la tía es uno de los papeles más divertidos de la historia.

Una figura siempre presente

Cada tía es una dispensadora gratuita de amor ; en los primeros años de la infancia mima a su pequeño pero también es la persona que lo guía en los primeros pasos importantes.
Cuanto más joven sea la tía, más víctima del amor por su sobrino será: su vínculo siempre será especial y crecerá con el tiempo. Sobre todo si no tiene hijos , el nieto ocupará un espacio especial en su corazón : a través de él comprenderá lo que significa cuidar de una criatura pequeña e indefensa.

Un lazo especial

Ser tía es muy diferente de ser madre : seguro que hay menos preocupaciones y menos cansancio y esto es bastante comprensible. Por otro lado, es la madre quien pasa las noches en vela, cuida la comida del bebé y, en general, la salud del bebé; preocupaciones que, por supuesto, no disminuyen con los años: ¡todo lo contrario!
Para una tía, hay menos ansiedades y muchas más ganas de divertirse y jugar : el sobrino a menudo corre hacia su tía para hacer cosas que mamá y papá le prohibirían, sabiendo que ella no lo hace.La tía es una gran compañera de aventuras, pero incluso cuando sea mayor siempre hará sentir su presencia que nunca lo contará. La tía nunca tiene miedo de parecer ridícula a los ojos de los adultos para complacer al sobrino, porque una tía, si no lo hubiera entendido, ¡ pierde completamente la cabeza !
Al mismo tiempo, también es un formidable aliado para los padres , que seguro que siempre tendrán ayuda en los peores momentos.
Si en la infancia sois compañeros de juegos y aventuras, al crecer la relación cambia y se fortalece y la tía se convierte en una amiga especial : seguir siendo la cómplice habitual ayuda en momentos de dificultad , escucha mejor que nadie y es, como siempre ,listo para consolar. Le dicen cosas que uno no tiene el valor de decirle a los padres y por supuesto , ella no nos juzga pero siempre está ahí, del lado de su sobrino siempre y en todo caso.